Las líneas aéreas canadienses se quedan embarazadas de un fertilizante alterado genéticamente. A los nueve meses nace una botella de anís, que tuvo que estar en la incubadora unas semanas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
puedes olvidarte de todo aquí (un rato)
No hay comentarios:
Publicar un comentario